Críticas a los Mossos

El país sin derechas

Querer ser a la vez el sistema y el antisitema es un imposible que ha llevado a hacer DUI de 22 segundos

El ’conseller’ de Interior, Miquel Sàmper. / EFE / ALEJANDRO GARCÍA

Catalunya es el primer país del planeta en el que ningún partido se reconoce de derechas. La violencia policial es ya homologable a cualquier Estado europeo, con ojos reventados y encapsulamientos temerarios, pero la auténtica y verdadera novedad mundial es que nadie con responsabilidad en el Govern cierra filas con los Mossos. De repente, los partidos del Gobierno saliente y probablemente futuro, a lomos de una nueva oleada pseudorrevolucionaria, se han vuelto unos activistas anti-Brimo, aunque, eso sí, desde los despachos oficiales. Como ya sucedió en Urquinaona, el independentismo vuelve a dispararse al pie denunciando solamente los abusos policiales pero poniéndose descaradamente de perfil ante la violencia desatada de pedradas y saqueos: un doble rasero que desmiente la vieja idea de la revolución de las sonrisas y da munición gratis a los que quieren ensuciarlos.