Nuestro mundo es el mundo

Violencia: tolerancia cero

Las manifestaciones contra la entrada en prisión de Hasél no pueden amparar graves alteraciones del orden público

Un manifestante lanza un objeto del mobiliario urbano contra un furgón de los Mossos d’Esquadra, este viernes en Barcelona. / Ferran Nadeu

En Catalunya hay tensión. Y la sociedad está partida en dos mitades respecto a la independencia. Incluso hubo violencia callejera a finales de 2017 y tras la sentencia del Supremo contra destacados políticos. Fueron momentos graves y peligrosos. Pero la violencia ya había desaparecido, la reciente campaña electoral transcurrió con normalidad, al igual que la jornada electoral en la que muchos electores soportaron largas colas por las precauciones ante la pandemia y los miembros de las mesas electorales dieron muestra de gran civismo. Y la participación, menor a las muy altas de 2015 y 2017, fue pese a todo superior a la que ratificó el Estatut de 2006.