La tribuna

ERC 's'ha fet gran'

El desafío que tiene Esquerra es dejar de ser un satélite y ser capaz de fijar ella la órbita. Junts le pondrá las cosas muy difíciles, pero se avendrá porque cuando dejas el poder difícilmente vuelves a él

Pere Aragonès. / FERRAN NADEU

La idea de que las elecciones catalanas del pasado 14 de febrero no han cambiado nada en el escenario político catalán no es un buen análisis de lo sucedido. Las cosas han cambiado. Y, a mi juicio, para bien. Ahora bien, los efectos de este cambio no los veremos de hoy para mañana. A una vida política tan convulsionada y plural como la catalana no se le pueden pedir giros de 180º grados. El viraje será como el de un trasatlántico, que para cambiar de rumbo necesita un amplio radio de giro. Veremos cambios graduales, en muchos casos imperceptibles a los ojos de analistas atribulados o poco familiarizados con la vida civil y política catalana.