La libertad de expresión y de manifestación son elementos esenciales de la vida democrática, pero no son libertades absolutas si su ejercicio colisiona con las libertades y derechos de otros. El caso del rapero Pablo Hasél es una muestra de este conflicto de libertades. Ha sido condenado acusado de insultos contra la corona y de enaltecimiento del terrorismo. Afirmaciones tales como "¡merece que explote el coche de Patxi Lopez", en referencia al lendakari socialista, o "no me da pena tu tiro en la nuca, pepero" no pueden generar simpatía entre los defensores de los derechos humanos, el primero de los cuáles es el derecho a la vida.
La nota
Libertad no es violencia
Las legítimas manifestaciones de protesta no deben acabar con graves y perniciosas alteraciones de la normalidad ciudadana
Tercer dia de disturbios en Barcelona /
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