Tras el 14-F

Vía amplia y liderazgo de izquierdas

Hay tres opciones sobre la mesa: Govern de Frente Amplio, Govern conformado con otras fuerzas políticas soberanistas de izquierda o Govern en minoría con apoyo diversos

El presidente de ERC, Oriol Junqueras, saluda a los medios de comunicación al salir de prisión, a finales de enero. / Susanna Saez (EFE)

La virtud de Oriol Junqueras en relación a Esquerra Republicana ha sido la de no modificar el ADN acuñado por Carod-Rovira y Puigcercós consistente en construir estadios favorables al crecimiento del republicanismo. Prueba de ello son el Tripartito presidido por Pasqual Maragall para normalizar el independentismo, condición 'sine qua non' para hacerlo más popular, así como la voluntad expresada en 2010 de arrancar a Artur Mas de los brazos de Joaquim Nadal y de Alicia Sánchez Camacho a fin de arrastrar el mundo convergente hacia escenarios inéditos de enfrentamiento con Madrid con la demanda del concierto económico. Por lo cual la coherencia con la que Junqueras (en paralelo a Arnaldo Otegi) encaró la investidura de Pedro Sánchez estaba escrita, de igual manera que las diferentes y antagónicas posiciones de Gabriel Rufián y Laura Borràs en cuanto al debate presupuestario. De hecho, el resultado exitoso de la lista republicana en las áreas metropolitanas no hubiera sido posible si ERC hubiera especulado con unas nuevas elecciones españolas que abrieran la puerta al trío Casado-Rivera-Abascal o hubiera frustrado las cuentas del Gobierno español para 2021.