Una palabra estigmatizada

Del pícaro al 'píjaro'

Llamar "pícaros" a los que se saltan la cola de las vacunas pervierte el significado del término: son sinvergüenzas, desalmados, irresponsables, trepas, pancistas, egoístas, cretinos, malnacidos o indeseables

El obispo de Mallorca, Sebastià Taltavull.

A los alcaldes que se saltan la cola de la vacuna, a los ‘youtubers’ que prefieren comprar Toblerones más grandes (y pagar impuestos más pequeños) en Andorra, a los partidos juzgados por financiarse con sobres, a los obispos que comulgan con obleas de Pfizer antes que sus feligreses… se les llama estos días “pícaros”. Cada vez que un tertuliano, o un político, dice: “Claro, estas cosas pasan aquí porque está en nuestra naturaleza: la picaresca”, yo tengo que tomarme primero la tensión y luego un chupito de tila para no saltar.