Conocidos y saludados

El efecto y el defecto

El ministro de Sanidad dimitió un martes y al día siguiente se enfundaba el mono peleón para consolidar lo que las cuentas demoscópicas habían bautizado como 'efecto Illa'

Salvador Illa. / FERRAN NADEU

Cancelado. El Mobile no abrirá por el virus. Era el titular de EL PERIÓDICO de hoy hace un año. Día por día. Severo revés para la economía de la ciudad, se añadía. La portada se ilustraba con una fotografía en la que se veía a unos operarios subidos en una grúa intentando sujetar una gran pancarta de tonos azules y morados en la que, a pesar de pliegues y arrugas, podía leerse claramente “Welcome”. No se sabía si era de cuando la colgaban o ya la precipitaban al baúl de la resignación después de que la organización hubiera mantenido la convocatoria hasta los límites de la esperanza y las fronteras de la imprudencia. Nadie sería bienvenido porque nadie llegaría. Las grandes multinacionales habían anunciado su ausencia siendo Amazon quien sentenció el rosario. La pandemia ya estaba allí, China era objeto de escrutinio y la OMS observaba estancamiento del contagio. El Ministerio español relativizaba la gravedad a pesar de que en el mundo las muertes por covid ya eran más que las provocadas por el SARS.