Pros y contras

Combatir el fascismo

Quizás el virus (este también) ya se ha instalado entre nosotros incluso para influir en un hipotético futuro Govern

Agentes controlan a un grupo antifascista mientras el líder de Vox, Santiago Abascal, interviene en un acto electoral celebrado en el parque de la Devesa de Girona. / EFE / David Borrat

Parece que una de las consecuencias del previsible descenso de la participación será el aumento de las posibilidades de Vox de conseguir una notable representación parlamentaria, tanto que incluso podría superar a partidos de la derecha tradicional o a formaciones de izquierda minoritarias. La llegada explícita de la extrema derecha será un mazazo que ya damos por hecho porque vivimos en una sociedad que ha alimentado el fenómeno con un seguimiento desproporcionado. Y también con los altavoces que Vox, con una gran habilidad estratégica, ha ido colocando a lo largo de la campaña.