Memorias de Barcelona

'Le parapluie'

Me alegra que Pasqual Maragall esté de nuevo en los carteles con el estreno de 'Maragall i la Lluna', porque no andamos sobrados de referentes

El ’expresident’ de la Generalitat y exalcalde de Barcelona Pasqual Maragall. / Agustí Carbonell

Última hora de la tarde. Empieza a apagarse el día y se encienden, a saltos, las farolas. Salgo del cine. Camino calle abajo. En mi cabeza, todavía, la música de Brassens: “Un petit coin de parapluie/ contre un coin de paradis”. Poco a poco va pasando de la cabeza a los labios. Me atrevo a cantarla, apenas un susurro. Y como queriendo regalarme el escenario adecuado, empieza a llover. Lluvia fina. Acelero el paso y se acelera, al tiempo, el ritmo de la lluvia. Las gotas, con fuerza, sobre mi cabeza. Resbalan por mi frente y desembocan en la punta de la nariz. Me digo que da igual, que no hay lavado que valga. Que por mucho que se empeñe la nube que descarga, no conseguirá borrar las imágenes que, junto a la canción, han quedado grabadas a fuego -a fuego y agua- en mi memoria: Pasqual Maragall y Sílvia Perez Cruz cantando (¡y bailando!) juntos, en el salón de la antigua casa familiar; a su lado, Diana Garrigosa, (de la que el próximo miércoles se cumplirá un año de su fallecimiento; para ella, mi cariñoso y agradecido recuerdo), lúcida y valiente, parece feliz; Lluna Pindado, la Lluna de Roquetes, ahora adulta y actriz, acompaña al piano 'Le parapluie', que Maragall recuerda nota a nota, palabra por palabra.