Tal vez los profesionales de la demoscopia no preguntan lo suficiente sobre las ganas de votar. Quizá se da demasiado por entendido que la gran masa de los indecisos votará. Es muy posible que los récords de participación de las últimas convocatorias en el Parlament nos lleven por un camino de suposiciones optimistas en exceso. Con pandemia o sin ella, la apatía ciudadana se vuelve más evidente cuanto más avanza la campaña. No se puede medir hasta dónde llega la sensación de que, esta vez, los políticos se juegan mucho más que la sociedad. No se puede saber la extensión real del desinterés y sus consecuencias, pero salta a la vista que se propaga. Solo se salvan, nos salvamos, los menos proclives a desconectar del entorno, los que todavía consideran que todo lo que es público, colectivo, en definitiva, político, afecta a sus vidas de manera palpable, efectiva, perfectamente demostrable.
Elecciones del 14-F
Abstención al galope y 'posprocés'
SI la participación el 14-F ronda de nuevo el histórico 60%, y más aún si queda por debajo, se hará evidente que el 'procés' se acabó hace tres años
Un votante deposita la papeleta en la urna. /
Lo más visto
- Esto es lo que más mira Hacienda este año de tu declaración de la renta
- El agujero de la orientación escolar: "Me costó mucho encontrar apoyo para hacer FP; como mis notas no eran malas creían que era una pérdida de talento"
- En estas localidades de Catalunya también es festivo este lunes, día de la Segunda Pascua
- Xavi decepciona a Laporta, que planea su despido inmediato
- Cierra otro comercio centenario de Sabadell: “Es una pena para la ciudad”