La tribuna

Iglesias, verso suelto o rima

Más que las afirmaciones de Iglesias sobre Puigdemont y el exilio republicano, lo que preocupa en la Moncloa son las divergencias de fondo sobre las reformas laboral, fiscal y del sistema de pensiones

Pablo Iglesias, en el Congreso. / EFE / J. J. GUILLÉN

No es que Pablo Iglesias sea infalible, pero generalmente en sus declaraciones, casi siempre bien preparadas, dice lo que quiere decir. Incluso cuando transmite la impresión de ser excesivamente provocador o demasiado áspero con sus socios socialistas del Gobierno. No obstante, la constatación de que también se equivoca se produjo el pasado domingo en 'Salvados', cuando comparó a Carles Puigdemont con los exiliados del franquismo, en lo que vino a ser, como poco, un “equivoco comunicativo”, como lo definió la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau. Seguramente el vicepresidente segundo se confió demasiado, porque se creía en una tele amiga, y la entrevista se le fue de las manos, provocando una dolida reacción de sectores de la izquierda, especialmente los más vinculados al exilio republicano y a la memoria histórica.