La tribuna

Bienvenidos al exilio

¿Cuántas vidas costaba una sola noche en Argelès? Engolfarse en una controversia semántica sobre el vocablo exiliado es una tarea ociosa. Y distractiva. Lo que no es ocioso, oído Iglesias, es aclarar cómo fue el exilio republicano

Refugiados republicanos en el campo de concentración de Argelés en 1939. / Hulton-Deutsch

El lenguaje es un campo de batalla. El periodismo debe medirse a diario con el poder en ese sitio. Cuando no lo hace, dimite de su función principal y por lo tanto fracasa. El lenguaje puede ser el reflector que rasga las tinieblas y desvela la realidad, pero también el manto que la oculta o el espejo curvo que la deforma y la falsea.