Un monstruo llamado Donald Trump abandonará por fin las instituciones, y el mundo será un poco mejor. Cierto, no se evaporará, y la cuestión que se plantea a partir de ahora es qué hacemos con él. Políticamente, el ‘impeachment’ póstumo puede dejarlo fuera del sistema, pero el dilema de verdad se plantea en el terreno mediático y de las redes sociales. Por eso es fascinante que el propietario de Twitter, Jack Dorsey, se atreviera a desconectar la cuenta de Trump como quien desenchufa una lámpara: el todopoderoso presidente de la gran potencia planetaria, silenciado de golpe y sin previo aviso por una empresa privada del mercado que tanto dice adorar.
Veto en Twitter
Sí a la censura (de Trump)
Un racista, machista, homófobo y ahora golpista no puede decir lo que le de la gana aunque sea el mismísmo presidente de EEUU
Donald Trump. /
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