El país de Dupond y Dupont

El verdadero problema es que Catalunya está sin Parlamento, sin presidente, sin liderazgo y sin proyecto

Pere Aragonès y Meritxell Budó, en el Parlament. / EFE / Quique García

Cada uno habla de la feria según en ella le va. Así han de entenderse las reacciones al aplazamiento de las elecciones catalanas y también los posicionamientos previos de cada formación política. Que los socialistas se quedaran solos defendiendo el 14-F no obedece, efectivamente, a un sarampión de radicalidad democrática en sus filas, sino más bien a la alteración de sus planes para con Salvador Illa. Como la política puede ser muchas cosas, también un sifón de rápido desbrave, los temores socialistas por el retraso están justificados. Lo mismo, pero en el sentido contrario, vale para los que llevan forzando desde el primer día el cambio de fecha de los comicios.