Retraso electoral

Matar dos pájaros de un tiro

Detrás de este intento por aplazar las elecciones hay intereses partidistas, básicamente el miedo de ERC a perderlas de nuevo

Salvador Illa y Pere Aragonès. / Quique Garcia / Efe

Es muy llamativo el clima apocalíptico que algunos medios como TV-3 están generando con el objetivo de posponer las elecciones del 14-F. Es cierto que todos los indicadores han empeorado muchísimo tras el fin de las fiestas navideñas, lo que por otro lado estaba anunciado que sucedería, pero también que desde hace meses la Administración está trabajando para garantizar su desarrollo con las máximas garantías sanitarias. Esta misma semana, Ismael Peña-López, director general de procesos electorales del Govern, en un extenso hilo en twitter, contestaba con "un sí convencido" a la pregunta de si podían celebrarse pese a la gravedad de la situación pandémica. En realidad, ahora mismo el argumento más sólido para aplazarlas sería el miedo que se ha logrado crear entre una parte de ciudadanía, lo que podría dañar la participación, que el riesgo objetivo de ir a votar, bastante menor que, por ejemplo, entrar en cualquier tienda. Si en otros países, como Estados Unidos, Italia, Alemania o Francia han celebrado elecciones, y Portugal no tiene previsto tampoco suspenderlas, no hay ningún argumento diferente que obligue a posponerlas en Catalunya.