La pandemia, con sus consecuencias tan globales, dramáticas y manifiestas, ha evidenciado la necesidad de la cooperación a todos los niveles. Y así será en el año que iniciamos, siguiendo la pauta que ya ha emergido en este 2020. A nivel español, la recuperada buena sintonía entre sindicatos y patronales debe servir de base para seguir alcanzando aquellos acuerdos que estimulen la actividad productiva, modernicen las políticas públicas y acompañen a los colectivos más frágiles.

Por su parte, la Unión Europea debe consolidar su excelente 2020, en que ha acabado por reaccionar de manera coordinada a la crisis sanitaria y al consiguiente hundimiento económico. A su vez, Bruselas ha salido airosa de múltiples amenazas como, entre otras, el Brexit. Y a nivel mundial, la victoria de los demócratas en Estados Unidos garantiza el retorno de una aproximación multilateral a las grandes cuestiones globales, con el fortalecimiento de instituciones determinantes en el momento que vivimos, como el FMI o la OMS.

Ruido político

Una coordinación que resultaba ya indispensable antes del coronavirus, pero ha sido necesaria una trágica pandemia, que nos ha golpeado a todos, para entender la urgencia y necesidad de esta actitud cooperativa. Así, desde este refuerzo de los lazos entre unos y otros, podremos no solo superar la crisis del covid-19 sino que, también, se podrá abordar la transición medioambiental y reconducir la fractura social y económica que ha conllevado una globalización tan acelerada como desgobernada.

Una empatía que, lamentablemente, no se percibe en nuestra política, donde el ruido y la radicalidad aparecen como garantizadas para este 2021. Una gran pena, porque la sociedad y economía española han mostrado una notable madurez a lo largo de estos meses de pandemia, y una vida pública más sosegada contribuiría a una mejor recuperación. En cualquier caso, en esta Nochevieja no dejemos de desear esa mayor cordura para nuestros partidos. Nunca se sabe. ¡Feliz Año Nuevo!