NAVIDAD CON COVID

Nueva teoría de la relatividad

Deberíamos aprovechar la situación para procurarnos unas nuevas relaciones económicas, sociales y políticas, una nueva cultura de la comunidad global

La feria de Santa Llúcia, en Barcelona. / Manu Mitru

Cuando el viento sopla fuerte como ahora, es difícil mantener la perspectiva de hacia dónde vamos, pero si la gestión de la pandemia y la gestión de nuestra propia fatiga nos lo permiten, propongo que revisemos la teoría de la relatividad (social).

La apelación gubernamental a la máxima autorresponsabilidad (también a su propia autoexigencia, entiendo) va acompañada de medidas que se pretenden tan concretas que a veces provocan en determinadas personas aún más ganas de encontrar los resquicios que permitan esquivarlas. Y ya no digamos cuando se comete algún error o se publica alguna instrucción contradictoria.

Pero una cosa es apelar a la máxima autorresponsabilidad y la otra es no hablar con franqueza. Cuanto más claras sean las instrucciones, mejor, pero creo, como he dicho otras veces, que sin transparencia no hay convencimiento, y sin convencimiento no hay cumplimiento. El derecho y el deber de la crítica no aplica a los irresponsables. Veo reproducido en un programa de humor el corte de la rueda de prensa de la ‘consellera’ Budó acerca del “puente” de la Constitución y me desespero: “Ni recomendaciones ni no recomendaciones, pero sí pedir que se reduzca al máximo la actividad social”. También hay mantras como el de “salvemos la Navidad”, que merecería un análisis detallado tanto sobre el “salvemos” como sobre la “Navidad”. Supongo que en el futuro veremos tesis sobre comunicación y semiótica a propósito de la pandemia.

Llevar o no mascarilla, mantener o no la distancia, desinfectar o no una mesa, ventilar o no una habitación tienen su traducción inmediata en las cifras de las 9 de la mañana. ¿La repercusión de los comportamientos individuales servirá también para poner en evidencia que no somos nadie si no es en relación al otro? ¿Al otro a quien puedo contagiar, al otro que se ha ocupado de mí, al otro que depende de mí? Huérfanos de la tormenta, deberíamos aprovechar para procurarnos unas nuevas relaciones económicas, sociales y políticas, una nueva cultura de la comunidad global, una nueva teoría de la relatividad.