La covid-19 ha truncado las vidas de las personas que han padecido la enfermedad de forma severa, pero ellas no han sido las únicas víctimas: la pandemia está afectando a la sociedad en su conjunto y en ella, una de las actividades que más ha sufrido sus efectos ha sido la enseñanza. Como en las edades tempranas las relaciones entre alumnos y de estos con el profesorado son tanto o más importantes para su desarrollo y maduración que los conocimientos adquiridos, la vuelta de nuestros niños y adolescentes a colegios e institutos se consideró una prioridad tras el verano. En contraste, aunque rectores y rectoras defendieron la necesidad de que el alumnado universitario también recibiera las clases de manera presencial, estas no se consideraron prioritarias. La diferencia con respecto al alumnado de enseñanza primaria y secundaria es, por un lado, que las relaciones personales directas no son tan determinantes para los jóvenes, y por otro, que se daba por sentado que tanto el profesorado como el alumnado universitario disponía de los medios técnicos y de los conocimientos para que la enseñanza 'online' no disminuyera la calidad de la docencia.
La universidad 'online'
Una profesora frente a la covid
Nada sustituye al estímulo recíproco que se produce entre docentes y estudiantes
Una clase en la Pompeu Fabra, en Barcelona. /
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