Con el señuelo de "la Navidad imprescindible" hay gente que desordena la prioridad. Lo imprescindible es la previsión sanitaria. Muchos que jamás han buscado los límites razonables de su libertad individual para que la puedan disfrutar también los demás ahora denuncian supuestas opresiones intolerables. Hartos por buena parte de los planteamientos no tradicionales y familiares que el comercio ha añadido a estas fiestas ahora los reivindican. La primera prioridad es atajar cuanto antes los contagios, las muertes directas por la pandemia y los deterioros y muertes por otras dolencias desatendidas. Hay que pensar menos en la vacuna y más en lo que debemos hacer cada uno de nosotros desde mañana por la mañana hasta que la tengamos puesta. Y atendamos la segunda prioridad: ayudar -desde la política y desde la solidaridad- a los perjudicados, pero sin creer que tenemos los recursos per cápita que habría en Qatar si tuviese justicia social.
Al contrataque
Mucho cuento de Navidad
Bola navideña de la plaza Catalunya de Cornellà. /
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