ANÁLISIS

El eco catalán de Trump

Mientras EEUU empuja hacia la puerta de salida al personaje al que entregó su destino hace cuatro años, algunas de sus peores singularidades retumban aquí mismo con una áspera reverberación

Donald Trump en una ceremonia por los soldados caídos en combate en el Cementerio Nacional de Arlington, en Virginia. / AFP / BRENDAN SMIALOWSKI

La caída de Donald Trump es tan esperpéntica y nociva como su mandato. Tres semanas después de su derrota y cuando con gran retraso acaba de activarse la maquinaria administrativa del relevo, el personaje sigue fanfarroneando desde la Casa Blanca.