LA CRISIS DEL COVID

El Gran Recapte: un fracaso colectivo

La pobreza alimenticia, y la necesidad de caridad para evitarla, debería ser una línea roja que no deberíamos cruzar

Leonard Beard / LEONARD BEARD

Las peticiones de alimentos o, esta pasada semana, de fondos para las organizaciones que los suministran, nos ponen otra vez frente al espejo de la catástrofe provocada por la pandemia. Aun todavía sin datos precisos sobre sus consecuencias sociales, la evidencia disponible apunta a un impacto desconocido en una sociedad que, no hace tantos años, todavía estaba bregando en reabsorber los de la crisis financiera. Unos efectos que, no obstante, son muy dispares según renta familiar, reflejo de una creciente división originada, en última instancia, en el desempeño de los individuos en el mercado de trabajo.