Análisis

Donald Trump: el ruido y la furia

Trump no solo ha perdido las elecciones, además ha perdido el norte. La gran suerte es que el país no va a seguirle

Luego de perder las elecciones, Trump quiso atacar instalaciones iraníes. / AFP

Los días de Donald Trump en la Casa Blanca están contados, aunque a él le gustaría hacerse eterno, cuando entremos en la tercera semana del nuevo año, se acabó. Tendrá que entregar las llaves del poder aunque siga pensando que ganó o, mejor dicho, siga queriendo hacer creer que los votos anticipados le robaron una victoria que merecía y que arrojan un resultado ilegítimo. Su relato choca con una realidad abrumadora. El triunfo de Joe Biden no es por lo pelos, ni depende de uno o dos Estados. Le ha sacado seis millones de votos de ventaja y le ha ganado abrumadoramente por una diferencia de mas de 70 delegados en los colegios electorales. Como en la novela de William Faulkner 'El ruido y la furia', donde un idiota narra la decadencia de la aristocracia del sur, el relato al que se aferra Trump empieza a sonar no tanto decadente como delirante.