AL CONTRATAQUE

Atreverse a pensar

A Ernest Lluch le encantaba conocer. Y escuchar. Y descubrir

Ernest Lluch, exministro y exdirigente socialista catalán, asesinado por ETA. / ARCHIVO

“Gritad más, que gritáis poco. Porque mientras gritéis, no mataréis.” Corría el mes de junio de 1999 y ETA estaba en tregua, cuando Ernest Lluch se enfrentó en Donosti -su segunda ciudad- a los energúmenos que intentaban sabotear un acto electoral. Alguien le tomó la matrícula, aunque seguramente ya estaba en la lista, y año y medio después le asesinaron. Dos tiros por la espalda y un enemigo menos de la patria vasca. Mira que ya lo decía Unamuno en sus clases: “A nadie le reconozco la exclusividad de apropiarse del patriotismo”. Pero me temo que los que mataron a Lluch-y a tantos otros- eran más como Millán Astray y su “¡muerte a la intelectualidad!”.

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