Por si no bastara con verlo en el día a día, ahí están las previsiones de Bruselas para España –que estiman un desplome del 12,4% del PIB este año– para constatar el golpe económico del coronavirus. Eso sin contar los efectos que podría tener un segundo confinamiento domiciliario. Bares, restaurantes, centros de estética, teatros, cines y gimnasios ya se ven afectados por severas restricciones, extenderlas a todos los sectores empeoraría aún más las perspectivas de recuperación, con todo lo que implica para el bienestar social. Evitar el cerrojazo económico debe ser, pues, objetivo prioritario, paralelo al de la contención del virus. Y ambos objetivos pueden lograrse con la misma estrategia: la prevención.
Las pruebas rápidas de antígenos que lleva a cabo la patronal de pequeñas y medianas empresas Pimec en polígonos industriales de Catalunya son un paso en esta línea, para ofrecer un entorno seguro a los trabajadores y garantizar el mantenimiento de la actividad industrial. También lo es el compromiso de la CEOE con las 'apps' de rastreo. Iniciativas privadas que son bien recibidas, sin olvidar que es la administración pública quien debe encargarse de la detección y el seguimiento de los contagios, todavía insuficientes.