EL COVID Y LAS ELECCIONES

El espejo de los EEUU

En los vaivenes del proceso electoral estadounidense pueden intuirse algunas lecciones en clave española

Donald Trump y Joe Biden

En la fascinación que muchos compartimos por la política estadounidense, más allá de la parafernalia que la rodea, está también la idea de que lo que pasa allí es un presagio o un espejo de lo que se vive luego aquí. Es por ello que en el espectáculo del recuento electoral pueden intuirse algunas lecciones en clave española. La primera: el nuevo presidente va a tener un problema de legitimidad enorme con quienes no lo han votado. El panorama se presenta en el corto plazo absolutamente dividido y volátil, y ya se han producido incidentes.

Trump ha sabido convertir unas elecciones que tenían que ser sobre la gestión del covid en un plebiscito sobre la economía, y se ha ganado a aquellos sectores empobrecidos que no pueden subsistir con más días de cierre, aunque esta subsistencia implique arriesgar su salud. Hay en esto un aviso para navegantes aplicable a España: es difícil pedirle paciencia y solidaridad a la población cuando tiene el estómago vacío. De esta angustia se alimentan los lobos del populismo, con su promesa de soluciones inmediatas y fáciles a problemas complejos. La gestión se resiente en los países polarizados o con una población sin la suficiente cultura democrática para entender, quizá simplemente para aceptar, no ya los mecanismos institucionales más arcanos sino el mero voto por correo. Esta cultura debe cuidarse también y sobre todo desde los mensajes políticos.

La otra impresión es que por estos lares no deberíamos ceder ante quienes plantean posponer o suspender elecciones. Las cifras de la pandemia en Estados Unidos no son mejores que las nuestras, y la logística del voto, que varía localmente, es una pesadilla que implica registrarse de antemano y deja fuera o desincentiva a muchos. Si pese a esto se han celebrado comicios en unas condiciones de seguridad aceptables, no tenemos excusa para no lograr hacerlas nosotros. Las cifras récord de participación demuestran que allí la ciudadanía ha creído que su voto sirve para algo. Una confianza que ojalá también exista aquí.