Van pasando los días, las semanas y los meses y no parece que hayamos aprendido demasiado. De ser una evaluación escolar como las de antes nos dirían que no progresamos adecuadamente. El virus sigue castigando y todo lo que los ciudadanos oímos vuelven a ser lamentos, advertencias y obligaciones. Castigos disfrazados de sacrificios y penalizaciones revestidas de necesidad en largos y reiterados discursos políticos vacíos, redundantes y tendentes a la gastada retórica deportiva de apoyar para vencer. Ya solo falta recuperar aquel viejo lema de “lo importante es participar” para revivir capítulos abandonados. Se han dejado atrás el lenguaje bélico y los uniformes. Se agradece pero no es suficiente.
CONOCIDOS Y SALUDADOS
La hora de la verdad
A estas alturas de la pandemia sobran eslóganes para facilitar titulares pero falta el valor de admitir que nadie sabe nada y entre todos sabemos poco
Pasajeros llegan al aeropuerto de Palma de Mallorca el pasado día 2. /
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