Ideas

Una hora de gracia

Una mente preclara hubiera concluido que el horario inicialmente previsto era del todo exagerado en un país con los hábitos de nuestro

Un operario desinfecta un cine de Bombay, este mes. / AFP

O una hora de margen o un tiro de gracia. Varios sectores de la cultura se movilizaron el domingo como nunca. A la sombra, sin cámaras, pero con una fuerza extraordinaria y un resultado positivo. Susto mayúsculo ante el anuncio de inicio del confinamiento nocturno a las 21 horas, con una hora suplementaria para volver a casa. Cerrar a las nueve y las diez todos en casa. Esto habría comportado de manera inmediata la suspensión de toda actividad cultural en directo. Persianas caídas, como los pobres bares. Una cosa era, y es, empezar un espectáculo entre las 19 y las 20 y otra transformar el horario nocturno, aún nocturno, en horario de tarde. Pues bien, después de infinidad de llamadas y 'whats', siempre con el mismo grito desesperado de alarma total, la decisión de la hora del confinamiento nocturno fue cambiada por una no menos drástica pero que permite la supervivencia de la cartelera teatral y de las programaciones de conciertos y festivales que ha costado más esfuerzos de confeccionar. Una hora de gracia y pasamos del corredor del cierre, que es el de la muerte, a la posibilidad de supervivencia.