Pues ya está, el futuro ya está acotado y el horizonte se llama 9 de mayo. Ya respiro tranquilo. En una semana en la que mi ritmo cardíaco ha sido de montaña rusa, saber que el sufrimiento por venir no va a ir más allá de seis meses ayuda a estabilizarlo. Pueden darse, de aquí a entonces, pequeñas arritmias, nada descartables, pero entiendo que, si nos cuidamos, podemos evitar el infarto y salir con bien de esa segunda ola tan prepotente.
APUNTE
Mi ritmo cardíaco
Aitor Esteban, durante el debate de la moción de censura, el pasado jueves en el Congreso. /
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