Editorial

Las salas de cine, en una situación extrema

El fantasma de un auténtico derrumbe planea sobre un sector que ya estaba tocado antes de la pandemia

Un operario desinfecta un cine de Bombay, este mes. / AFP

La terrible crisis coyuntural que padecen las salas de exhibición cinematográfica a causa del coronarivus está a punto de marcar un punto de no retorno para un sector que ya estaba tocado por el incremento del consumo audiovisual a domicilio a través del 'streaming'. Al confinamiento y las limitaciones horarias, y a las reticencias de los espectadores a acudir a las salas pese a los esfuerzos del sector por garantizar su seguridad se suma ahora la escasez de una oferta atractiva, a causa del aplazamiento de los estrenos de las grandes producciones que actúan como reclamo para un público mayoritario. O aún peor para los exhibidores, la decisión de utilizar como canal primario el de las plataformas digitales.

El fantasma de un auténtico derrumbe planea sobre un presente que ya se ha cobrado unas cuantas víctimas, aunque sigan resistiendo iniciativas voluntaristas e independientes con apuestas imaginativas. Aun así, el negocio en su conjunto, con la perspectiva incierta de un futuro aún más restrictivo, se halla en una situación límite. Podría pensarse que afecta solo a la exhibición: pero falta saber qué oferta quedaría en pie limitada a unos pocos canales digitales.