Como en todos los barrios, es imposible recorrer el Clot sin fijarse en los vacíos de las terrazas recogidas. Una ausencia que se hace más evidente aún con los bolardos y demás elementos que aparecieron en la desescalada, intentando ganarle espacio a los vehículos para asegurar distancias. Casi como acto reflejo y de forma compulsiva repaso cómo están las persianas de los locales. Me alegro cuando el lugar está abierto y es una delicia ver lo creativas que son las pizarras con los menús para llevar. El vecindario se ha volcado espontáneamente a una ola de resistencia pacífica y contundente: el 'take away'. El mensaje es que no vamos a dejar caer estos templos de placeres del paladar. Porque sabemos su nombre, puede que se acuerden incluso de cómo nos gusta el café. La asociación de comerciantes ha creado una guía digital donde listan los establecimientos que se han reducido a cocinas, aquellos que intentan que quien antes te servía en la mesa ahora te lo traiga a casa. La mayoría de la lista son negocios familiares y de proximidad, y ahora nos los sentimos nuestros también.
Vecina de Sant Martí
Aquí pedimos la resistencia para llevar
El vecindario se ha volcado espontáneamente al 'take away'. El mensaje es que no vamos a dejar caer estos templos de placeres del paladar
Colas para recoger comida para llevar. /
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