REPLANTAMIENTO DE LA SALUD PÚBLICA

De la procesión a la manifestación

Hace falta un reconocimiento de la tarea y la dignidad de los sanitarios, profesionales imprescindibles y altamente formados

Manifestación de médicos de primaria en noviembre del 2018. / FERRAN NADEU

Cuando en 1974 acabé la carrera de medicina, uno de mis primeros trabajos, una sustitución, fue en un pueblo relativamente pequeño y durante el verano. En el mes de agosto yo era el único médico en el pueblo y coincidió con la fiesta mayor. Ya me tenéis a mí, con 24 años, pelo largo, barba y todo lo que los progres de la época llevábamos, en el balcón del ayuntamiento, junto al alcalde y el maestro presidiendo la procesión. El cura y el jefe de la Guardia Civil estaban abajo, en la procesión. Si iba a tomar algo al bar siempre había alguien que me lo pagaba. Yo era el 'Señor Médico'. Con toda seguridad, esto era un exceso. No teníamos demasiados problemas para encontrar trabajo, y los sueldos no estaban mal en aquella época.

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