Conocidos y saludados

El virus delator

Al titular de Interior, que pidió que la ciudadanía denunciase a los infractores, le cayeron tantos chuzos de punta que tuvo que rectificar

El ’conseller’ Miquel Sàmper, en la central Egara de los Mossos.  / ANNA MAS

Si el infierno está lleno de buenas intenciones, el cielo lo está de malos momentos. Debidamente reparados, eso sí. Para ello el catolicismo ideó el sacramento de la confesión que obliga a la contrición, al propósito de la enmienda y al compromiso de no volver pecar. Cosa difícil. Por eso aplica una penitencia que es tan llevadera que no impide olvidar la obligación suscrita al poco rato. Al final, al creyente indomable le queda la apelación a la misericordia de Dios.