La idealización del caos

El debate público se llena de palabras gruesas: trinchera, golpismo, dictadura. A 2020 solo le faltaban el lenguaje belicista y una buena pandemia. La derecha tiene a España donde más le gusta

El líder del PP, Pablo Casado, durante la sesión de control en el Congreso. / EFE / MARISCAL

El Congreso de los Diputados lleva semanas poniendo a prueba su acústica con debates de calibre grueso en los que vuelven a escucharse palabras que en un estado democrático parecen reservadas a los libros de Historia: trinchera, golpismo, estado autoritario, dictadura. Toda una algarabía de sinónimos está saltando a borbotones desde las páginas de esos libros humedecidos por el tiempo para incorporarse al atrezo del debate político y, de ahí, al debate público, pero no al de los bares, donde mucho antes de la pandemia se discutía con cierta templanza y en un clima de empatía y educación que ha acabado matando el vocerío grosero, anónimo y gratuito del trending topic.