La división social por el conflicto territorial

Que los elefantes bailen

Una encuesta sobre polarización en Catalunya pone deberes a la ciudadanía: nos emplaza a reecontrarnos

Contenedores ardiendo en la manifestación de los CDR. / MANU MITRU

Recientemente se han conocido los resultados del estudio demoscópico llevado a cabo por el Institut Català Internacional per la Pau (ICIP) sobre ‘Convivencia y polarización en Catalunya’. Algunos se han apresurado a instrumentalizar y minimizarlos, rizando el rizo de las definiciones terminológicas para concluir que en el fondo aquí bien poco ha sucedido. Sin embargo, y más allá del juicio en torno al tipo de preguntas formuladas, el mero hecho de que se haya realizado implica reconocer que ha existido y sigue existiendo un estrés colectivo. Un elefante en la habitación, inmóvil y engorroso, que impide a la ciudadanía moverse con soltura. En esto, los resultados del estudio son bastante concluyentes: el conflicto territorial es actualmente el asunto que genera más polarización tanto política como emocional. Hay más: un 16% dijo haber experimentado una percepción de agresión por este asunto en sus amistades, un 10% en familia, y un 13% en el trabajo, que se dice pronto. Los porcentajes se disparan al 22% en el caso de las redes sociales y al 46% en el caso de los ciudadanos que afirman haberse sentido agredidos por las instituciones.