El nuevo nacionalismo madrileño, uno de estos monstruos que ha creado la pandemia, copia de sus homólogos una capacidad innata de victimizarse. Nada ejemplifica mejor el estado de ánimo en el que se encuentra una élite madrileña que las declaraciones de Pablo Casado tras anunciarse el Estado de alarma: “El Gobierno de Sánchez quiere demonizar Madrid”. Como si el cordón sanitario, que llega tarde, laxo y mal, fuese en realidad un ataque personal y una humillación. La presión del lobi de Madrid logró forzar una cumbre de Díaz Ayuso con Pedro Sánchez en la que, con 24 banderas de fondo, se concedió a la presidenta un sorprendente trato bilateral, el mismo que se ha negado sistemáticamente a Catalunya.
Covid e ideología
El nacionalismo madrileño, bomba biológica
El virus sí que entiende de territorios y por eso la capital debió confinarse entonces y debería confinarse ahora
Sánchez y Ayuso, el lunes, tras reunirse en la sede del Gobierno regional de Madrid. /
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