Análisis

El esperpento de Madrid en el espejo catalán

De tanto demonizarla, la política madrileña se ha catalanizado. Ha sistematizado la fricción y ha hecho suyos el discurso ramplón del agravio y el embrollo jurídico como modus operandi

La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, en la Asamblea de Madrid. / JUANJO MARTÍN (EFE)

A estas alturas quedan pocas dudas de que, antes de que se pronunciase Supremo, Quim Torra había quedado inhabilitado políticamente. Dentro y fuera de Catalunya, el ‘president’ era visto como una marioneta teledirigida desde Waterloo al frente de una coalición rota, que es una escena con llamativos paralelismos con la Comunidad de Madrid. Afortunadamente, la desobediencia de Isabel Díaz Ayuso ha quedado en amago.