La precariedad de un sector de la cultura

Qué mató a la música

La vida del artista es el 'Titanic' y los músicos viven en un hundimiento constante, en la extenuante incertidumbre hecha costumbre y hábito

Ilustracion artículo Mónica Vazquez / Trino

Son las seis de la mañana y, café en mano, me peleo con mi cerebro, intentando conjugar frases y ser parte del mundo. Enciendo la radio, despacio, como si doliese el existir. Como si me doliera el mundo entero. Todo es un poco más difícil de un tiempo a esta parte y ayuda escuchar, aunque sea al otro lado del aparato, una voz familiar, una melodía amiga. Con un poco de suerte, sonará esa canción que te sacude y te traspasa, avivando recuerdos, desenterrándote el alma, colándose entre los escombros de la vida que te esperaba antes de la pandemia, iluminando rincones que habías decidido olvidar para hacer un poco más fácil esta nueva normalidad que sabe a queso 'light', 0% grasa. Bebo a sorbos un café hecho muy lejos de mi hogar, viviendo una realidad muy distinta a la que, hace no tanto, imaginé para mí, y me siento, cabezota, en la rutina que llamo mía. Y entonces me oigo, a esa otra yo que apenas reconozco, cantando en la radio, y me sobrecoge una sensación de soledad e irremediable desapego, que un corazón roto no palpita igual que uno que aún camina entero.