La Mercè es una fiesta de alegría, de convivencia, de miles y miles de personas en la calle, de fuegos artificiales, pero este año, desgraciadamente no será igual. La culpa es del coronavirus, pero no solo del coronavirus. Hemos tenido otros virus, no tan malignos, pero que han minado nuestra moral. La ausencia de creatividad en nuestra ciudad, que fue pionera no hace tanto tiempo. El abandono del diseño, o lo que es peor un nuevo diseño totalmente equivocado. Ayer recibí una foto de una terraza de bar encajonada entre elementos de hormigón, con un corto texto que decía: Barcelona ponte cutre. Las rayas de colores en las calles, los dibujos pretendidamente barceloneses, los bancos de hormigón en medio de la calzada, la circulación que no se arreglará estrechando las calles, si no mejorando el transporte público… Son demasiadas cosas y podría citar muchas mas, pero no quiero. Prefiero pensar en positivo, en lo que nos queda por hacer, que es mucho y necesario.
Análisis
Lo que nos queda por hacer
Hemos tenido otros virus, no tan malignos, pero que han minado nuestra moral: la ausencia de creatividad, el abandono del diseño...
Una terraza en la calzada de Pere IV de Barcelona. /
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