Recuperar lecturas antiguas

Arqueología

Reencontrarse con viejas anotaciones y subrayados propios en los libros es como mirar las fotos en las que apareces con una permanente espantosa

Dos adolescentes leen libros en la biblioteca de Poblenou Manuel Arranz. / RICARD CUGAT

Estoy haciendo un poco de espacio en mi biblioteca, voy revisando las estanterías y sacando libros que sé que no volveré a leer. Estos libros van a una pila y, según en qué estado se encuentren, los regalaré a algún amigo, los donaré a una biblioteca o los dejaré en un 'bookcrossing'. No sin antes controlar que no haya escrito mi nombre al principio, en esas páginas en blanco que creo que se llaman “de cortesía”. Hace años que no escribo mi nombre en los libros, pero tengo muchos de cuando, además, anotaba la fecha de compra. Si encuentro mi nombre –los adoradores de los libros, por favor, que salten al próximo párrafo– arrancaré la página. También –cuidado, gentes sensibles, que sigo arrancando páginas–, si está dedicado.

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