Análisis

La triste despedida del 'president' Torra

Si no convoca elecciones degradará el valor institucional de la Generalitat, pero aún lo podría empeorar si jugase a la ficción de mantenerse simbólicamente en el cargo

Quim Torra, en el Parlament, visto a través de una barandilla. / FERRAN NADEU

La primera jornada del debate de política general no ha reportado ninguna sorpresa destacable. Las cartas estaban marcadas y la pólvora húmeda. Ni el presidente Torra ha aprovechado la ocasión para anunciar el calendario electoral, ni la oposición estaba en las mejores condiciones para cebarse con la gestión de la pandemia. Todos son conscientes de que ya estamos en tiempo de descuento. De hecho, estamos en tiempo de descuento desde que el 29 de enero el presidente Torra anunció el agotamiento de la legislatura. Es público y notorio que Torra hubiera querido poder hacer efectiva la potestad presidencial de convocar elecciones. Pero se ha aplanado a la voluntad del 'ex' Puigdemont de alargar agónicamente el tiempo de descuento.