El modelo de Estado

¿República o monarquía?

Es tiempo de reformas constitucionales para dotarse de un mejor esquema institucional dado que el antiguo, fruto de otra época, ha demostrado con creces su agotamiento

El rey Felipe VI y el rey emérito Juan Carlos I en una foto de archivo / CHEMA MOYA (EFE)

No existe un debate real sobre si es mejor la monarquía o la república como forma del Estado. No hay discusión sobre si es más razonable tener como jefe del Estado a una persona de la antigua realeza elegida de por vida por la sabiduría de la genética, o bien a un ciudadano corriente escogido por un tiempo limitado por las urnas. Por mucho que se insista en la supuesta formación o preparación exclusiva de un príncipe –cuya eficacia depende de la aleatoria capacidad del heredero/a y del acierto de sus educadores–, cualquier discusión al respecto no resiste ni los primeros compases. Si además se ve en la república la respuesta democrática frente a los antiguos monarcas absolutos, la constatación histórica se impone. Es cierto que hay repúblicas fallidas en las que los presidentes manipulan las elecciones y actúan como zares. Igual que hay monarcas que son simples figuras decorativas completamente prescindibles, si no fuera por el inmenso amor a la tradición y a un pasado imperial de no pocos pueblos, particularmente el inglés.