Dos miradas

Calendario de la infamia

Aún queda mucho por hacer cuando un político, sin restos de vergüenza ni dignidad, se atreve a comparar un Gobierno emanado de las urnas con una dictadura de fosas y torturas

El líder de Vox, Santiago Abascal, en el Congreso de los Diputados / J J GUILLEN (EFE)

La memoria interpela al pasado y modela el presente. Imprescindible para romper las ataduras invisibles. Si el proyecto de nueva ley de memoria se aprueba el próximo martes, España estará dando un contundente paso adelante en la defensa de la democracia. Ha costado llegar hasta aquí, se quiso recurrir a la amnesia y el fantasma del franquismo siguió rondando las instituciones y la sociedad. A veces, aún cobra vida y un escalofrío recorre el espinazo de la libertad. "Preside el peor Gobierno que ha tenido nuestro país en 80 años", ha espetado Santiago Abascal a Pedro Sánchez en el Congreso. 80 años. Aún queda mucho por hacer cuando un político, sin restos de vergüenza ni dignidad, se atreve a comparar un Gobierno emanado de las urnas con una dictadura de fosas y torturas.  

Murió el dictador y, día tras día, año tras año, los restos de miles de desaparecidos han seguido olvidados en la cuneta y la memoria del dictador blanqueada por la fundación que lleva su nombre. Poner fin al calendario de la infamia es repensarnos desde el sufrimiento de las víctimas y hacer justicia. También es un escudo contra los fantasmas.