MIRADOR

El mito de Juan Carlos I

Endiosado, codicioso y caprichoso, el emérito destruye su leyenda, zarandea la monarquía, desestabiliza al Gobierno y le hace gratis la campaña a Puigdemont. Recuperar la legitimación de la monarquía puede requerir una autodepuración ejemplar

Graffiti satírico del artista J Warx en una calle de Valencia, en agosto del 2020, tras conocerse la marcha de Juan Carlos de España. / AFP / JOSE JORDAN

Hubo un tiempo en que todo parecía más nítido. República rimaba con democracia arrebatada. Monarquía, con dictadura ominosa. Progresismo o inmovilismo. Líneas claras. Pero la historia se escribe sobre la marcha y sin tanta luminosidad.