Un triunfo de la ciudadanía

"Alabada sea" la ley 24/2015

La norma contra los desahucios y los cortes de suministros aprobada en el Parlament hace cinco años ha demostrado ser útil y necesaria para, literalmente, salvar vidas

Miembros de la Plataforma d’Afectats per la Hipoteca y la Aliança contra la Pobresa Energètica celebran la aprobación de la ILP, el 23 de julio del 2015. / FERRAN NADEU

Ya han pasado cinco años desde que la ciudadanía logró esta meta: llevar de la calle al Parlament de Catalunya las demandas para garantizar el derecho a la vivienda y convertirlas en una ley contra los desahucios y los cortes. El Parlament y el parque de la Ciutadella se llenaron de esperanza y de los colores verde y rojo, los de las camisetas de la Plataforma d’Afectats per la Hipoteca y la Aliança contra la Pobresa Energètica. Estos últimos días lo hemos estado celebrando y rememorando.

Muchos ya conocéis la historia colectiva de la ley 24/2015: surgió de una iniciativa legislativa popular, se aprobó por unanimidad, el PP intentó tumbarla en el 2016 impugnado los artículos que obligaban a la banca a ofrecer alquileres sociales para detener los desahucios, en el 2018 el grupo promotor consiguió recuperar estas medidas y en el 2019 se lograron más avances ampliando la norma para renovar los miles de alquileres sociales que acababan, defender a las personas que ante la falta de alternativas viven en viviendas ocupadas sin título habilitante de la banca y a las arrendatarias a las que se les acaba el contrato y van a ser expulsadas.

Pequeñas grandes historias

Toda esta historia es conocida o se puede encontrar googleando en internet. Lo que no encontrareis tan fácilmente son las pequeñas grandes historias que habría que recuperar y poner en valor. Como las más de 675 experiencias de las familias que firmaron en el 2019 un alquiler social, según datos de la Agència d’Habitatge; las más de 1.000 personas que durante el último año no han sufrido un desahucio gracias a la ley 24/2015 y también los miles de cortes de agua, luz y gas que se han detenido.

Familias como la de la Voski, que llegó a nuestras asambleas de apoyo mutuo llorando porque se veía en la calle pero que ha conseguido firmar un alquiler social tras resistir seis veces junto a la PAH a su desahucio por parte de un gran tenedor que se negaba a dar ninguna solución. La historia del Plácido, que hace tres años consiguió una dación en pago y un alquiler social con el Santander y que ha sido "la pesadilla de su banco", cada semana en la oficina, desde meses antes de que acabara su contrato de alquiler social, y que ha logrado renovarlo por siete años más. Los periplos por los que ha pasado Sandra, a la que Endesa le quería cortar la luz pero no pudo hacerlo porque la ley la protegía. O la historia de Jessica, que todavía está abierta y por escribir, luchando con CaixaBank para conseguir también un alquiler social.

Y es que como, decía al principio, su historia está por escribir porque ha demostrado ser una ley útil y necesaria para, literalmente, salvar vidas. Así que como dijo el Gran Wyoming en 'El intermedio' hace unos meses: "¡Alabada sea la Ley 24/2015!”. Y yo añado como guinda: "Y que cumpla muchos más!".