ANÁLISIS AZULGRANA

Que nos dejen de mentir, por favor

Quique Setién, durante el Barça-Nápoles de anoche e el Camp Nou. / AFP

Estaría bien que tanto el presidente del Barça como el entrenador, ya no digamos los jugadores, los 'cracks', las estrellas, que son los primeros en silenciar las verdades, tratasen, primero, de no tomarnos por tontos; segundo, de contarnos la verdad, ni siquiera ya lo que piensan, simplemente la verdad; y, sobre todo, que nos consideren a todos lo suficientemente maduros como para explicarnos lo que todos vemos, sentimos e intuimos, es decir, que se está acabando (si es que no se ha terminado ya) el ciclo de la excelencia y que, después de que fracasasen estrepitosamente los tres (casi) milmillonarios fichajes (Coutinho, Dembélé Griezmann), tenemos que seguir tirando de Leo Messi, que, a la edad de Cristo, a los 33 años, continúa, no solo siendo imprescindible (esperemos que ese tobillo no le impida ser la tabla de salvación, el viernes, ante el Bayern de Múnich) sino que debemos seguir adorándole y consistiendo, sí, que haga, mande y organice como le dé la gana al Barça.