Al contrataque

Vaya rollo ser 'consellera'

Parece ser que en catalán dimitir también es un nombre ruso y aquí no pasa nada porque nosotros somos los mejores y toda la culpa es de los demás

La ’consellera’ de Salut de la Generalitat, Alba Vergés, en una rueda de prensa. / MARC BATALLER

Seguí la comparecencia entera de Alba Vergés el viernes y no sé qué me dio más miedo, si sus indicaciones contradictorias e incongruentes o la cara de susto que no le tapaba ni la mascarilla. Da la impresión de que estamos en manos de quien no tiene ni la más remota idea de lo que está haciendo ni las enormes responsabilidades que conlleva el cargo que tiene. Sí, 'consellera', es un rollo crear ansiedad, pero más rollo es tener un Govern como el que tenemos, inepto, a la deriva, sin vergüenza alguna, que sigue ostentando unos cargos que le van más que grandes.

Parece ser que en catalán dimitir también es un nombre ruso y aquí no pasa nada porque nosotros somos los mejores y toda la culpa es de los demás: de Madrid, de los temporeros (que en un racismo redoblado Empar Moliner dice que nos los traen de Andalucía en autocares), de los ciudadanos y del maldito virus. Ya lo dijo la 'consellera': la mejor forma de pararlo es no contagiándonos. No contratando rastreadores ni invirtiendo en el sistema de salud. Total, ustedes no van a ser los que se queden todo el mes de agosto encerrados en el área metropolitana ni en Lleida. Así que se recomienda no salir de casa pero los bares pueden abrir, a ver si así acaban de chapar los pocos que habían hecho el esfuerzo de volver a levantar la persiana.

¿Y la cultura? Pues aprovechemos la ocasión para enterrarla definitivamente, ya que estamos. ¿A quién le importa la cultura? ¿A la 'consellera' Vilallonga, que ha colgado en redes el cartel de protesta que ha difundido el sector contra las medidas que ha impuesto el Govern del que ella misma forma parte? ¿Hasta dónde llegará la disonancia cognitiva? O peor aún, el más puro cinismo. Sí, es un rollo cobrar 110.000 euros al año, no lo es ser actor o músico o escritor. O camarero o 'kelly' o cualquiera que aspire a ganarse el pan sin tener que jugarse la vida.

Contra lo que afirma cierto feminismo esencialista, no es verdad que las mujeres manden mejor que los hombres. Pueden llegar a ser igual de incompetentes. Y llorar ante situaciones complicadas no es un signo de feminidad. Qué forma de insultar a las mujeres pretender que una de nuestras características es ser lloronas. ¡Por favor!