MIRADOR

La interminable lucha de los egos desleales

Los mil días sufridos en prisión o malvividos en Waterloo no aseguran a ninguno tener más razón en sus disputas

Carles Puigdemont, durante un acto independentista celebrado en Perpinyà el 29 de febrero. / EFE / DAVID BORRAT

Oriol Junqueras paseó su ego por TV-3 ante la mirada algo nerviosa del director de la cadena y Carles Puigdemont se lo dictó al director de El Punt-Avui. Nadie que estuviera atento al directo permanente de los hechos de octubre de 2017 podría no haberse dado cuenta de que las dos cabezas visibles del independentismo solo soportaban estar juntos por no dejar el liderazgo de la causa en manos del otro. Dos egos muy poderosos para estar en el mismo bando y hallar explicaciones por una derrota que no les salpique.