Una de las lecciones de esta crisis es el valor de “lo público”. Ante la pandemia, nuestro sistema sanitario ha respondido, pero también se han canalizado líneas de liquidez hacia empresas y trabajadores para, en la medida de lo posible, atenuar los efectos financieros del confinamiento. Estas y otras políticas tienen un coste fiscal, que tendremos que pagar entre todos. Ante un 'shock' de este tipo, es normal que tal factura fiscal se financie con endeudamiento, lo cual quiere decir que todos somos hoy más pobres y que tal pasivo tendrá que ser devuelto en el futuro.
tribuna
Nuestro sistema fiscal en tiempos de pandemia
Un recargo del 1% en el impuesto del patrimonio para bases de más de dos millones aportaría unos 1.800 millones
Oficina central de la Agencia Tributaria, en la plaza de Letamendi de Barcelona. /
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