Rebrote en Lleida

Desgobierno en Catalunya

La 'consellera' Vergés no es capaz de liderar la lucha contra la pandemia y las peleas entre los dos socios del Govern están perjudicando esa decisiva tarea

La ’consellera’ de Salut de la Generalitat, Alba Vergés, en una rueda de prensa. / MARC BATALLER

El rebrote de la pandemia en la comarca de Lleida con el regreso a un régimen de confinamiento, que por ahora es solo perimetral pero que podría acabar siendo  domiciliario, es muy grave. Es un duro golpe para la moral de sus 210.000 habitantes tanto por el incremento de las hospitalizaciones, los ingresos en ucis y las defunciones, como por sus nefastas consecuencias económicas. Produce también mucha inquietud en el resto de Catalunya porque nos recuerda que contra el covid los triunfos son efímeros si después no se hacen bien las cosas. Y al mismo tiempo genera rabia entre la ciudadanía porque lo sucedido no ha sido un accidente, un imponderable, algo que no podía saberse, sino que era una situación “perfectamente previsible”, como ha explicado con mucha rotundidad Miquel Porta, catedrático de Salud Pública de la UAB. Estamos ante una dejación de responsabilidades por parte del Govern que no ha sido capaz de habilitar un sistema de detección de casos positivos a través de rastreadores sobre el terreno. El resultado es que la transmisión comunitaria del virus en el Segrià está fuera de control, tal como han reconocido tanto la gerente de la región sanitaria, Divina Farreny, como el jefe de epidemiología de la zona, Pere Godoy.