LA CLAVE

Puigdemont contra el mundo

El hombre de Waterloo tiene una confianza ilimitada en sí mismo. Tanta, que guerrea a la vez contra todos: España, Esquerra, el PDECat, el PNC, Europa si es menester

Puigdemont, en el juzgado de Bruselas donde se celebra una audiencia sobre una nueva orden de detención europea, el 23 de junio.  / AFP / JOHN THYS

El avispero posconvergente ya no zumba. Ruge. Quita el sentido. El ultimátum de Puigdemont, sus presos y sus ‘consellers’ del gobierno zombi de Torra al PDECat, al que exige vasallaje, se ha estrellado contra el último dique orgánico heredero de Convergència. Pocos daban un euro por la resistencia de Bonvehí, Bel, Solsona y el resto de la dirección del partido, asediados por las huestes de Puigdemont hasta en el interior de su cuartel. Tanto es así, que los dirigentes purgados en los últimos meses por el hombre de Waterloo se escindieron en el Partit Nacionalista de Catalunya (PNC), inspirado en la pragmática rentabilidad del PNV, al concluir que no podían confiar en que el PDECat les brindara amparo.